Tamara
Karsavina bailarina principal del Ballet Imperial del Zar. Nació en
San Petersburgo en 1885.
En
1915 contrae matrimonio con el diplomático ingles Henry James Bruce.
Tras
la Revolución Rusa se traslada a Londres.
Cuando
se retira de los escenarios se dedica a escribir libros sobre danza y
a
impartir clases de ballet.
Muere
el 26 de mayo de 1978.
Contexto
histórico
Sucesos
que condujeron al derrocamiento del régimen zarista y a la
instauración del otro, el Leninista.
Es en esta época cuando Karsavina se ve
obligada a dejar Rusia por
se miembro del Ballet Imperial (además de la
inseguridad y la
miseria que vivía en esta época Rusia).
Pasó
el resto de su vida (incluyendo final de la Primera guerra Mundial y
la
Segunda) en Reino Unido.
CARTAS
Londres,
15 de marzo de 1917
Querida
Olga;
Siento
haber tardado tanto en escribirte, pero como imaginaras las cosas por
aquí tampoco están siendo fáciles. No sé cuando recibirás esta
carta, ni siquiera se con certeza si llegará a tus manos, pero
necesito desahogar mis penas con alguien, y tú eres la única
persona en la que puedo confiar.
Lo
siento estoy siendo muy egoísta, cuéntame:¿Cómo estas tú ?. Mi
huida a Londres fue tan rápida que no tuvimos tiempo de despedirnos
correctamente. Las noticias que llegan de Petrogrado son
espeluznantes, espero que Andrey y tú os encontréis bien. También
me acuerdo de tu niña, Anya, se que dentro de dos meses es su
cumpleaños; si necesita cualquier cosa pídemela por favor, a pesar
de la guerra aquí es más fácil conseguir todo.
Sabes,
anoche soñé contigo, en mí sueño éramos niñas de nuevo,
corríamos por las calles de San Petersburgo, cuando aún se llamaba
así, con nuestras cometas nuevas; entonces llegábamos a un parque y
nos poníamos a jugar con ellas. Tú cometa se elevaba y empezabas a
volar, me agarrabas de la mano y las dos surcábamos el cielo de
Rusia dejando todo atrás. Es la primera vez desde que llegue que al
dormir no tengo pesadillas.
Tras
el largo viaje en barco por fin ya estamos asentados en Londres.
Henrry tiene muchas amistades importantes en la ciudad, una de ellas
nos está dejando vivir en un pequeño apartamento en el centro de la
ciudad, para que no tengamos que pagar un hotel.
Antes
de despedirme, necesito pedirte un último favor. Hace tiempo que no
tengo noticias de Kristoff y ansío saber de él. Ya se que prometí
que no volvería a escribirle ni a verle, pero compréndeme, ahora
todo ha cambiado. Necesito saber que está a salvo,
que sigue vivo. Por favor, si has oído algo o conoces su dirección
no dudes en decírmelo.
Te
deseo lo mejor y toda la suerte del mundo.
Tú
siempre fiel amiga:
Tamara.
P.D:
Henrry os manda saludos a Andrey y a ti.
Londres,
26 de mayo 1917
Amado
Kristoff,
Se
tu nueva dirección gracias a Olga; por favor, no la culpes por ello,
fui yo quien la obligo. También
me contó que los dos hermanos de Andrey habían muerto en la guerra,
lo siento, se que eran amigos tuyos.
Te
parecerá estúpido que te escriba después de dos anos, dado que fui
yo quien decidió acabar con todo; pero creerme si te digo que nunca
deje de amarte, al igual que si te digo que no encuentro las palabras
para expresar lo que siento, lo que pienso.
Lamento
estar poniéndome tan melancólica, pero ya me conoces, en momentos
de crisis mi mente vuela al pasado y se vuelve loca recordando
aquellos momentos. Pensando en lo que podría haber sido y no fue.
¿Recuerdas
la última vez que nos vimos?. Tú llegaste demasiado pronto y yo
demasiado tarde. También recuerdo que la mesa estaba al lado de la
puerta del café. Yo te dije que iba a casarme con Henrry. Tú me
contestaste que seria infeliz toda la vida, que nunca lo amaría como
te amaba a ti y que él nunca me amaría como tú.
Pasados
los años debo reconocer que tenias razón en lo primero, No amaré a
nadie de la manera tan intensa el la que yo te ame; pero en lo
segundo permíteme decirte que herraste completamente. Henrry es el
hombre más maravilloso y bueno que conozco, hasta me a comprado un
estudio en Londres para poder ensayar ballet. Por él siento cariño,
respeto y amor, le quiero, pero no de la manera que debería
quererle. Me resulta curioso que seas tú mi confidente en este tema,
pero sentía la necesidad de contártelo, de expiar mis culpas.
Después
de esto, solo me queda desearte lo mejor. Ten mucho cuidado por
favor, procura no meterte en problemas. Cuando me escribas, te ruego
que utilices otro nombre. No quiero que Henrry sepa que mantenemos el
contacto, prefiero no hacerle daño.
Te
deseo que seas muy feliz en la vida y que encuentras a alguien con
quien compartirla.
Siempre
tuya.
Tamara
Londres,
10 de febrero de 1927
Querida
Olga;
Que mayor está Anya, ya parece toda una mujer. Juventud divino tesoro, ¿ recuerdas cuando nosotras teníamos dieciséis años?. Que tiempos aquellos.
Sabes,
esta carta tiene un significado especial para mí. Un día como hoy
hace diez años tomé un pequeño barco con el corazón encogido y
aferrada al brazo de Henrry. Un barco que me llevaría lejos de mi
tierra para siempre. Pero no tengo motivos para quejarme, disfruto de
una buena vida, un buen marido y un nombre en el mundo del ballet.
También
dentro de dos meses se cumplen cuatro años de la muerte de Kristoff.
Resulta irónico toda la vida trabajando para intentar prosperar y al
final morir en la fábrica por culpa de una explosión.
Es
curioso pero los recuerdos que tengo de él son tan lejanos, como si
se tratasen de otra vida. Ya no me pregunto si hice bien quedándome
con Henrry o debí irme con Kristoff. Con el tiempo me he dado cuenta
de que hice lo correcto. Mi romance con Kristoff, al igual que todas
las grandes historias de amor, estaba destinado al fracaso. No hay un
solo día que no me acuerde de él, mas ya no siento pena. Prefiero
quedarme con los buenos recuerdos, creo que es un mecanismo de
defensa debido a la edad.
Por
lo demás la vida aquí es muy agradable, la gente (al igual que mi
mente) ha decidido olvidar lo malo, olvidar la guerra. Todos quieren
divertirse y aprovechar el tiempo robado de aquellos años. Debo
reconocer que a mis cuarenta y dos años me cuesta seguir el ritmo de
esta sociedad. Henrry dice que me estoy volviendo una ermitaña,
puede que
tenga razón. Últimamente como mejor me siento es sola con mis
libros y mi estudio de danza.
Te
envío con la carta los tres billetes de barco. Henrry los ha
comprado esta misma mañana. Partís el 28 de marzo, estoy ansiosa
por tenerte aquí. Te mando todo mi cariño y amor.
Tu
fiel amiga.
Tamara
No hay comentarios:
Publicar un comentario