Polonia.
2ª GM
El 1
de septiembre de 1939,
Alemania invadió a
Polonia. Dos días después, el Reino Unido y Francia le declararon
la guerra al país agresor, dando inicio a la Segunda
Guerra Mundial en Europa. La
llanura polaca ofrecía una ventaja para el desplazamiento de los
blindados alemanes, aunque los bosques y las carreteras mal
construidas eran problemas que hacían más arduo el avance. El 8 de
septiembre, los alemanes alcanzaban Varsovia,
habiendo penetrado a través de las defensas polacas. Ellos
comenzaron el Asedio
de Varsovia (8-28
septiembre). El 17
de septiembre, la Unión
Soviética, siguiendo su acuerdo secreto con Alemania, invadió
Polonia desde el este,
convirtiendo las defensas polacas en un caos mediante la apertura de
un segundo frente. La defensa polaca no aguantaría la lucha en dos
frentes a la vez. Un día más tarde, tanto el presidente polaco como
el comandante en jefe huyeron a Rumanía. El 1 de octubre, después
de un mes de asedio de Varsovia, las fuerzas hostiles entraron en la
ciudad. Las últimas unidades polacas se rindieron el 6 de
octubre. Polonia,
sin embargo, nunca se rindió oficialmente a los alemanes. Algunas
tropas polacas se fueron a países vecinos. Los ejércitos germanos y
soviéticos no se atacaron entre sí, y se dividieron Polonia, como
habían acordado en una cláusula secreta del Pacto
Ribbentrop-Mólotov.
En
la Polonia ocupada por Alemania, rápidamente la calidad de vida de
los polacos, especialmente de los judíos de Polonia, se empezó a
deteriorar, ya que la ideología nazi los calificaba como
infrahumanos. En la lado soviético, la población también fue
humillada, en este caso no por su raza sino por su afiliación
política. En la llamada masacre
de Katyn, miles de oficiales
polacos fueron ejecutados en masa.
Como
consecuencia de la Campaña de Septiembre, la Polonia ocupada
consiguió crear un poderoso movimiento de resistencia y contribuyó
con fuerzas militares significativas al esfuerzo aliado durante el
resto de la Segunda Guerra Mundial.
Soldados
polacos patrullando las calles de Varsovia
En
agosto de 1944, comenzó Alzamiento en Varsovia.
El Alzamiento
de Varsovia tuvo lugar
durante la ocupación nazi de Varsovia durante
la Segunda
Guerra Mundial. Fue
planificado por el Armia
Krajowa o Ejército
Territorial, que representaba al gobierno
constitucional en el exilio.
Formaba parte de la llamada Operación
Tempestad, cuyo objetivo era
liberar Polonia antes de que lo hiciera la Unión
Soviética. Las tropas
polacas sostuvieron durante 63 días el asedio alemán, pero ante la
falta de apoyo aliado,
finalmente fueron superadas por las mucho mejor equipadas tropas
alemanas. El final de la contienda se saldó con 250.000 civiles de
Varsovia muertos, la mayoría ejecutados, y más del 85% de los
edificios de la ciudad destruidos.
Alemania
administró el núcleo de los territorios polacos bajo su control
bajo la forma del Gobierno
General, siendo anexados a
Alemania las regiones más occidentales. La fuerzas de la Alemania
nazi fueron forzadas a
retirarse por el Ejército
Rojo y voluntarios
polacos, creándose en la posguerra la República
Popular de Polonia, Estado
socialista estrechamente
aliado con la Unión
Soviética. Sus fronteras,
establecidas en la Conferencia
de Potsdam, sufrieron un
cambio drástico, ya que la "Línea
Curzon A", establecida
en el oriente, despojó a Polonia de territorios que recuperó en el
oeste bajo la "Línea
Oder-Neisse", a expensas
de Alemania.
El Asedio
de Varsovia de 1939 fue el enfrentamiento entre
unidades del ejército polaco (Armia Warszawska) que
defendían la capital de Polonia y el ejército
alemán, precedido por los bombardeos de
la Luftwaffe iniciados el 1 de septiembre de 1939
y los asesinatos del 3 de septiembre conocidos como Domingo
Sangriento de Bromberg (Bydgoszcz).
El
combate terrestre comenzó el 8 de septiembre, cuando las
primeras unidades blindadas alemanas entraron en el sector
de Wola desde los barrios periféricos del SE de la ciudad.
A pesar de los triunfalistas informes alemanes, que anunciaron una
rápida captura de la ciudad, el ataque fue repelido, iniciándose
así el asedio de la capital. Éste se sostuvo hasta el 28
de septiembre, fecha en la que la guarnición polaca al mando del
General Walerian Czuma se rindió. Al día siguiente, cerca
de 100.000 soldados polacos abandonaron la ciudad y fueron tomados
como prisioneros de guerra. El 1 de octubre, la Wehrmacht entró
en la ciudad, comenzando una etapa de ocupación que
duraría hasta el alzamiento de Varsovia, y en último término,
hasta la liberación de la ciudad el 17 de enero de 1945. Varsovia se
convirtió por tanto en la capital europea que más tiempo permaneció
en manos de los nazis.
Anielka
Rusnak: mujer 22 años. se encuentra sola en un país que está
siendo atacado por los alemanes. sin su marido, sin recursos, lucha
por sobrevivir día a día, por volverse independiente de su marido,
de todo aquello que la ata para pode salir adelante mientras reza día
si y día también porque su marido vuelva algún día a su casa.
Iwo
sikorski: 25 años. ha sido reclutado para luchar en el frente de
Varsovia e impedir una invasión. cada vez queda menos, pero la
angustia y el miedo le complican el poder levantar su humor, el mirar
con positividad y empezar a creer en algo que para él se ve muy
distante. lo único que le da las fuerzas necesarias y el ánimo
suficiente para no caer loco ante tremenda matanza es su mujer y la
esperanza de volver con ella. Muere y no regresa.
10 de septiembre de 1939.
Querida
Anielka,
Es
la segunda noche en el frente de Varsovia y ya he podido apreciar con
mis propios ojos el horror y el miedo de sentir el largo brazo de la
muerte por mi espalda, retorciéndose en busca de nuevas víctimas,
a veces para llevárselas y a veces para dejarlas simplemente en el
suelo deseando haberse ido por completo. He visto a muchos hombres
derrumbarse y llorar ante esto y quiero que sepas que eres tú la que
me da fuerzas para seguir, el deseo incontrolable de volverte a
acariciar y poder volver a sentir el calor de tus besos una vez más.
Mi
querido amor, siento decirte que Józef nos ha dejado y, aunque me
encantaría, no puedo decirte que ha sido rápido y que no ha
sufrido. He podido contemplar cómo poco a poco se le escapaba la
vida mientras me suplicaba que le hiciese llegar a Maryla que su
último deseo es que ella y su precioso hijo vivan felices recordando
siempre lo mucho que les amaba. Hazme el favor y díselo por mí.
Te
ama,
Tu
Iwo Sikorski.
16 de septiembre de 1939.
Cariño
mío,
Maryla
está destrozada, no para de llorar a todas horas, de suspirar el
nombre de Józef y deambular por las calles con su hijo en brazos.
Siempre que la veo la digo que se meta en su casa, que se esconda y
se refugie, por su hijo y por la vida que le queda, pero supongo que
todos aquí estamos igual. Nos están matando... Los bombardeos poco
a poco están reduciendo la ciudad a un cúmulo de escombros, los
niños no paran de llorar aterrorizados por los ruidos y ya no se
puede dormir por el temor a lo que pueda pasar, por la angustia de
saber que cualquier amigo, pariente o conocido puede estar muriendo
en ese mismo instante. Sólo me quedas tú Iwo y rezo día y noche
porque vuelvas sano y salvo a casa, porque todo esto acabe pronto y
porque por fin podamos estar juntos.
Corazón
mío no te preocupes porque desde aquí cada uno de nosotros, cada
uno de los que todavía tenemos fuerzas, estamos luchando por
vosotros, por vuestra libertad y vuestra seguridad intentando hacer
que el gobierno acabe ya con esta terrible situación.
Anielka.
27 de septiembre de 1939.
Mi
amada Anielka,
Siento
terriblemente decirte esto, pero no voy a volver a casa... Me han
herido de gravedad y poco a poco se van acabando mis horas a la vez
que parece que el dolor abandona mi alma. No sé si es una mera
ilusión o simplemente que me acostumbro al dolor que siento. Y lo
hemos intentado amada mía, con todas nuestras fuerzas y aunque aún
queda por verse cómo va a acabar todo esto, no creo que vaya a durar
mucho más. Cada vez tenemos más pérdidas, el estrés aumenta por
momentos, el presidente polaco y el comandante jefe han huido, todo
se derrumba mientras el ejército alemán parece permanecer intacto.
En cualquier caso, mi bella y dulce Anielka, quiero que sepas que te
amo, con todo mi corazón, desde el primer día en que te vi y te
ruego, mi vida, que marches de aquí, que viajes a algún país
vecino aliado y que comiences ahí tu nueva vida, que te cases con
alguien que te ame y que vuelvas a amar, que tengas hijos y una buena
vejez. Adiós mi Anielka, nunca olvides el gran amor que siento hacia
ti.
Tuyo
por siempre,
Iwo
Sikorski.
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