CLARA SALDAÑA









17-7-1940


Querida familia,


Mis ganas de veros son como el miedo que tengo desde que puse mis pies fuera de nuestra añorable casa, donde se podía soñar con un viaje a Marte. En cambio aquí mis pensamientos y planes de futuro van desapareciendo cada vez que salimos de las trincheras. El miedo se va retirando para ocupar un segundo puesto, porque el peor enemigo que tenemos somos nosotros mismos. A veces hasta tengo miedo de lo que podría hacer algún día, intentando escapar de esa niebla que se va tragando todo lo que se encuentra por el camino.



De todos los que salimos hacia Polonia solo quedamos un cuarto. Al principio pensé que esta guerra terminaría rápido, porque invadir Polonia fue fácil gracias a la “guerra relámpago”. Pero ahora parece un sueño del que no puedo despertarme. Algunos llegamos a pensar a cuantos habremos matado, la mayoría de ellos inocentes, solo unos títeres como nosotros.


Espero y deseo que nadie lea esta carta a excepción de vosotros, porque no todas las cartas llegan a sus destinatarios.


Los generales cogen las cartas que quieren para ver la fe que le queda a su ejercito.


Ayer mismo fusilaron a dos chicos, porque estos decían en las cartas que 
enviaban a sus familias que ahí en la ciudad protestaran para terminar con la guerra. Por eso, ser cuidadosos con la carta.



No se si debería pedirle a Dios volver abrazaros, porque he perdido la fé. Esta carta puede que sea la primera y la última. Solo recordaros que sois la mejor familia que he podido tener y espero que mi sufrimiento haya sido suficiente para que vosotros podáis caminar tranquilos.



Os quiero muchísimo


Vuestro hijo y vuestro hermano mayor


Karl.



Karl con su familia. De izquierda a derecha: Hermann (el padre), Loren (la hija mediana), Abel (el hijo pequeño), Karl (el hijo mayor) y Carol (la madre)




22-5-1941

 Cariño mío,

Los días pasan aunque aquí entre tanto humo y días grises no consigamos diferenciar el día y la noche. Cuando avanzamos hacia territorio de enemigo, mi mente y la de todos los que me rodean deja de dar ordenes, para comenzar a actuar como liebres rodeadas por tigres.



A pesar de todas las muertes de incalculables soldados hemos invadido la Unión Soviética.
Nos ha costado mucho, pero con el nombre en código “Operación Barbarroja” conseguimos salir medio vivos. No se si debería alegrarme de haber formado parte de la operación militar mas grande de la Segunda Guerra Mundial, cuando he perdido a tantos amigos a los que no he podido ni cerrarles los ojos para que puedan descansar en paz.

Desde el infierno pido a Dios para que proteja a Karl del miedo y la desesperación, y a vosotros, mi amada Carol, mi hija Loren y a mi hijo Abel. Carol, protege a nuestros hijos de esta pesadilla y sed fuertes para ver el arco iris.
No he podido escribir a nuestro hijo mayor Karl. Espero que por lo menos vosotros sepáis algo de el.

El carnicero murió en Yugoslavia, el pasado abril. Me  entrego la carta que te mando junto a esta para que se la des a su mujer.

Que Dios os mantenga fuera de esta locura.
Con todo mi amor.

Hermann 


Hermann con su familia. De izquierda a derecha: Hermann (el padre), Loren (la hija mediana), Abel (el hijo pequeño), Karl (el hijo mayor)  y Carol (la madre)




  Hermann con su mujer Carol de jóvenes


6-9-1943


Querido hijo,



Siento tanto que tengas que pasar por todo esto.


Recibir tu carta nos ha hecho mucha ilusión.


Aquí en la ciudad las cosas han cambiado mucho. A tu padre se lo han llevado a la guerra, porque decían que no había suficientes soldados. Así que se han llevado la tercera reserva.


Abel, ha cambiado sus caballos de juguete por unos de verdad para cuidar a los de los soldados heridos que ya no podrán montarlos otra vez.


Loren, tu hermana ha madurado demasiado pronto. Está como enfermera en un campamento que hemos montado porque los hospitales no dan abasto para tanta gente. Yo, estoy con Loren ayudando a salvar todas las vidas que podemos.



Hitler, parece que no tiene suficiente con llevarse a la mitad de mi familia a la guerra, porque ha creado unas reglas de 65 puntos que hay que cumplir obligatoriamente. Este hombre nos esta convirtiendo en sus maniquíes con falsas promesas y verdaderas manipulaciones a la población alemana. Solo espero que a tí y a tu padre nos os haga hacer ninguna locura, ya tenéis suficiente con estar entre la espada y la pared.



Se dice por el campamento (donde estamos trabajando Loren y yo como enfermeras) que pronto volveréis a casa, deseo que por lo menos esta vez tengan razón.


Te queremos muchísimo, Karl y cuídate todo lo que puedas. No confíes de todos los que te sonrían, se listo a la hora de hacer compañeros de trincheras, porque los enemigos están por todas partes.


Hijo, sé que puedes con todo.


Te esperamos con los brazos abiertos para no volver a soltarte hacia una carrera a la muerte.



Con todo nuestro amor


Abel, Loren, Carol y tu padre Hermann desde las trincheras te mandan toda la fuerza y amor para que en poco podamos ver un atardecer en nuestra casa del campo.






 
27-7-1944



Mi querida Emily,



Te preguntaras cada mañana que podríamos haber hecho para terminar así. La verdad es que no se que he hecho para desaparecer de tu lado y cambiar esos paseos al lado de la playa con tu mano agarrada, a caminar entre muertos y seguir apretando el gatillo para matar a lo que tenga delante. Como coronel que soy, debería tener fe y seguir creyendo que no importan todas las muertes cuando estoy viendo a mis soldados destrozados y sin ganas de vivir.


La semana pasada tuve que enfrentarme a un general para cuidar a mis soldados. Me costó mucho enfrentarme a un superior, pero el simple hecho de pensar que esos soldados solo me tenían a mí me dio suficiente valor para hacerlo.



Los alemanes parecen que se van a rendir pronto. La unión entre Estados Unidos (Roosevelt), la URSS (Stalin) y Reino Unido (Churchill) les esta complicando su avance. Así que muy pronto les habremos derrotado. Por momentos me siento orgulloso de que mi país, Reino Unido, sea el que mas está aguantando y peleando por mantener a nuestra gente protegida de los nazis.



Emily, como ves estamos remontando y pronto podremos estar juntos. Peter murió en Normandía cuando estábamos cruzando el canal de la Mancha. Me dolió ver morir a mi mejor amigo, pero tenia que ser fuerte para que mis soldados pelearan para seguir adelante.



Con todo mi cariño y amor


Por los tiempos que hemos compartido y tal vez por los que nos quedan.


Tu marido John



 
John y su mujer Emily antes de la guerra

Carta pérdida de un británico
 





No hay comentarios:

Publicar un comentario